lunes, 14 de enero de 2013

ESPEJOS

Como si día a día cayeran espejos del cielo, se avecinan años de mala suerte. De absoluta pobreza en el campo que quieras. Láminas de todos los grosores y tamaños de ese vidrio imitador, yacen en el suelo luego de una brutal caída. Un tanto forzada.
Levanto la mirada, me corro automáticamente, como un acto-reflejo. Otro espejo se resbala por la suave cortina de nada, entre las manos del inmenso titiritero y la Tierra. Y es ahora que percibo la realidad. Día a día, hora tras hora y minuto tras minuto se agolpan años de mala suerte deseosos de convertirse en el mismísimo calvario mio.
Lamentablemente para el destino, y aquellos enemigos; se qué tan falso es el dicho. Y procedo, de rodillas frente al mundo, a convertir esos añicos en mi nuevo vitreaux de formas esperanzadoras y llenas de vida. Porque ni el destino puede contra la voluntad. Ni los deseos malignos pueden contra la luz de la inocencia y la sabiduría.
Despiértense! Ya no quedan rastros de la pequeña lectora de fantasías. Acá está la escritora de mi futuro, la artista de mi vida. La fiel creyente del cambio y el progreso.

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