Confusión en todo el lugar. Esa era la lógica del local. Miradas necesitadas, personas espectantes. Todo era movimiento, todo menos yo observándote romper mi corazon y mi confianza. Una sonrisa, un gesto y yo con una explicación que reclamar. Explicación que se llenó de dolor, vacía de palabras.
Un movimiento rápido. Contacto. Piel con piel y después el suelo. Buen recibimiento para todas mis creencias. Buen recibimiento para una futura indulgencia. Y hoy seguimos intentando juntar los añicos de mi seguridad, uno a uno, como si hubiera solución. Hoy seguimos con la reacción a flor de piel, con la respuesta que nunca di, con el miedo de seguir, con el miedo de escapar y no poderme encontrar.
Confusión en todo el lugar. Esa era la lógica ante una contienda con un solo luchador. Miradas calladas, personas abiertas de par en par. Todo era quietud, todo menos yo alejándome de la próxima destrucción. Una sonrisa, un gesto y yo con la aceptación de esa situación. Situación que se gestó en todo el tiempo que pasó hasta hoy.
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