Hace exactamente un año, me dejaste sola como tantas otras veces. Me ilusionaste con un tipo de relación que no estabas dispuesto a dar. Quizás fui muy ilusa, quizás no me di cuenta que tu amor no era de esos que te siguen a todos lados y a todas partes. Lo más triste, es que hoy sigo sin creer que seas así, cuando tengo en frente todas y cada una de las evidencias.
Recuerdo todas las veces que me dejaste sola, y siempre te perdone, siempre seguimos porque mi amor por vos era inmensamente infinito.
Hiciste conmigo lo que quisiste, y no una, ni dos veces; fueron muchísimas. Hoy me pregunto si podría volver a perdonarte, pero no. Creo que no, porque esta vez me dejaste para siempre. Esta vez ya no estamos juntos ni física ni espiritualmente. Esta vez te fuiste para dejarme a mi la decisión de mantener vivo este amor o apagarlo. Claramente decidí terminar con esta efímera llama que nunca tuvo la capacidad de hacerme sentir caliente.
Me doy cuenta que el amor que me diste fue lo único que tenías para dar, y si, para ser vos, fue mucho; pero yo no puedo conformarme con eso. Y si, te amé pero me dejaste, me dejaste sin tu abrigo, sin tu voz, sin esa fuerza que me daba hacer todo juntos. Yo podía pelear todo, pero podía hacerlo si te tenía a mi lado. Ahora todo es distinto. Ahora ya no estas. Ahora soy yo, y solo yo, quien puede ayudarme.
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