lunes, 18 de octubre de 2010

Carta N°3

Septiembre
Francisco:

Antes que nada quería pedirte perdon, me dejé llevar en la anterior carta por la bronca que tenía. Le conté esto a uno de los coordinadores que nos ayudan a los que como yo, perdimos a alguien en el atentado. Me dijo que era normal, pero también que no tenía sentido culparte de algo.
Te extraño tanto. Esta semana me hice un test de orientación vocacional. Parece que me tengo que dedicar a las letras. No entiendo por qué si no es algo que me atrae. Supongo que voy a buscar algo que tenga que ver con publicación de libros, editora. Algo se me tiene que ocurrir.
Cuando volvía de la psicologa, otro lugar más al que estoy concurriendo desde hace ya un mes; un chico de unos 18 o 19 años me paró en la calle y me dió un dibujo. Me pareció muy raro. Era alto, su pelo era castaño y tenía una piel muy clara. Me llamó por mi nombre y ovbio, me di vuelta. Perdí la costumbre que tenía de hablar con gente joven, aunque creo que fueron dos palabras las que cruzamos:
- Esto es para vos.- Me dijo con una voz grave pero al mismo tiempo suave.
- Gracias.
No pude hacer otra cosa que no fuera mirarlo a los ojos. Verdes, intensos. Pero no se si me pareció a mi o qué, pero creo que había estado llorando. No tengo idea de dónde salió, ni mucho menos el porqué de ese dibujo. Así como apareció, se fue y parada como un mástil, me quedé atónita intentando descifrar la intención de este encuentro inesperado.
Deduzco que se llama Matías, ya que el dibujo dice eso.  Espero poder saber algo más de todo esto porque no entiendo nada. ¿ME QUERÉS DECIR DE DONDE SALIÓ ESTE CHICO? Lo que me faltaba.
Bueno hermoso, me despido hasta la próxima carta. Tengo que seguir con la rutina diaria. Estudiar, llorar un poco, tomar un baño -mientras lloro ovbiamente-, fingir que como y por último irme a dormir con la esperanza de que todo sea una pesadilla.

Con amor.

Por siempre tu novia.



PD: Yo se que vendrán tiempos mejores.

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