lunes, 29 de octubre de 2012

Que peligrosa se vuelve la soledad, el silencio y la incertidumbre. Se cuentan en decenas las veces en que casi vuelvo a pecar y por orgullo y un poco de autoprotección, me niego a esa caída. Me pregunto a quién verán tus ojos, a quién soreirá tu sonrisa, a quién tocarán tus manos. Y por dentro me respondo esas preguntas, destrozando cada uno de los milímetros de mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario