sábado, 29 de noviembre de 2014

Fortaleza

A veces creo que es para llenar este vacío enorme y raro de explicar, pero quiero un árbol de Navidad enorme. Un árbol donde colgar todas las cosas tristes del año para que se iluminen y se conviertan en cosas buenas para mi corazón y el de los míos.
Todavía no puedo mirar el calendario sin asociar fechas, no puedo usar mi apellido sin acordarme de tu legado, ni traducir el tuyo sin imaginarme toda la línea que hizo hasta llegar a la forma con la que firmaste toda tu vida.
Los 29 ya no soy lo mismo y jamás volverán a serlo. De todas formas, me siento tranquila de haberte dejado ir y no retenerte, no sería justo. Por siempre en mi corazón.

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