domingo, 23 de septiembre de 2012

Cuento de hadas

Hace tiempo se abrió la tapa de ese libro nuevo que con tantas ilusiones quería leer. Ese libro era una promesa, de las mejores para algunos y para otros, ese iba a ser mi perdición. Ciertamente fue el mejor libro que pude leer. Entre sus paginas me sentía libre. Cada linea, perfecta, me conducía a la otra sin temores ni complicaciones. Era de esos libros que no exigía mucha destreza para leer, simplemente era una cuestión de dejarse llevar por su atrapante trama. 
Junto a ese libro viví las mejores cosas. Me acompañó durante años como esa pieza de cabecera que te mantiene alerta y que, siempre, te da la frase justa para el momento adecuado.
La realidad es que todas las cosas son cíclicas, y la etapa de acompañamiento de este libro, terminó. No digo que ya no me guste más, pero la realidad es que siento que lo mejor es que lo deje de lado por un tiempo. Últimamente no me estaba ayudando. Me recitaba un cuento de hadas que no tenía nada que ver con mi realidad. Me prometía cosas que no eran compatibles con mi ser actual. Y. aunque sean difíciles las separaciones, ese libro estará siempre en mi biblioteca como un dulce recuerdo de una etapa de mi vida.
Quizás sea hora de buscar mi nuevo libro de cabecera, ese que me acompañe por un ciclo interminable.

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