lunes, 10 de septiembre de 2012

Soy un maniquí. Y ojalá fuera a causa de sus dimensiones. Ciertamente los años pasados me quitaron la movilidad y he aquí yo sin saber qué movimientos hacer. Cada cual, en este mundo nuevo, me maneja y me lleva a su gusto y no me siento cómoda ante este tipo de "hazañas". Soy como una neófita en un mundo también nuevo. No soporto la sensación de lastimar mi vida interior. Todavía no acepto que esté terminada. Me gustaría que nadie me controlara, que mis acciones partieran de mi. Pero no, no puedo.

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